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Preocupación y repudio por la disolución del Ministerio de Salud

Desde la Comisión Directiva del Colegio de Trabajadores Sociales de la Provincia de Entre Ríos –COTSER -nos vemos en la necesidad de manifestar nuestro repudio y preocupación, ante la aplicación de las políticas del modelo neoliberal , el acelerado daño a la institucionalidad de la democracia, que trae aparejado.
La lapidaria reducción de 19 a 10 Ministerios, pasando a tener rango de Secretarias de Estado, implica la pérdida de derechos sociales, económicos y culturales, en un contexto de profundización del deterioro de la calidad de vida, no solo de la población que vive inmersa en la pobreza estructural, sino de la clase asalariada, a la que pertenecemos como trabajadores/as sociales.

El reducción de una herramienta de gestión valiosísima para nuestros gobiernos democráticos, como el Ministerio de Salud de la Nación, al rango de Secretaría de Estado, PONE EN RIESGO EL SISTEMA PUBLICO, UNIVERSAL , GRATUITO Y EQUITATIVO, que reconoce a la SALUD como un derecho fundamental de toda la población. Esto se verá reflejado en el decaimiento de los diferentes programas que sostienen la atención, prevención y promoción de la salud (APS), en sus diferentes aspectos, como así también quedarán afectadas las distintas fuentes laborales de las/os profesionales inmersas/os en dicho sistema, quienes ya se encuentran atravesando una situación de vulnerabilidad y precarización laboral. Es una de las decisiones de mayor retroceso, una barbaridad política, en términos de Derechos Humanos, ya que se trata de disolver una de las instituciones cuya principal función es,  y ha sido planificar, coordinar, financiar, fiscalizar y liderar políticas que atiendan a los que más necesitan, en articulación con las carteras provinciales.
Con mucha impotencia observamos cómo se van desarticulando mecanismos de seguridad social, que fueran creados para dar cumplimiento a derechos de segunda generación que surgieron a finales del Siglo XIX y cuyos principios bregan para que todas las personas podamos desarrollar una vida digna.
La lucha de muchas generaciones tratando de ampliar derechos tanto en el acceso a la atención de la salud integral, como la vivienda, educación, trabajo, alimentación, y otros, no puede ni debe ser en vano.
En las últimas semanas venimos acompañando las diversas manifestaciones colectivas que se han expresado en diferentes ámbitos institucionales, como marchas, asambleas, mesas de trabajo para la elaboración de documentos, a fin de garantizar el desarrollo de una vida sana y digna para toda la ciudadanía, y como un gesto de no claudicar ante el atropello a la democracia. Seguimos, desde nuestro espacio, apostando a la mirada sincera, al encuentro cara a cara, a las apuestas colectivas en un momento de muchas emociones, angustia y desesperación.

EXIGIMOS LA URGENTE RECTIFICACION DE ESTAS MEDIDAS.
Apostamos a una redistribución más equitativa de la economía, dada la amplia distancia entre los bajos ingresos de la mayoría, y los altos ingresos de pocos. Consideramos que una clara muestra, en corto plazo, sería buscar soluciones a esta difícil situación socio económica del país, reduciendo los sueldos de funcionarios políticos, legisladores, jueces, que terminan respondiendo a las decisiones de los gobiernos de turno y que lejos están de experimentar las carencias económicas.

Por último queremos poner de manifiesto nuestra fuerte convicción acerca del desarrollo inclusivo del país, el cual depende de las decisiones políticas de invertir en salud, educación, ciencia y tecnología. Los cambios en los Ministerios evidencian que éstas no son áreas prioritarias. Las medidas tomadas son erróneas y demuestran un preocupante retroceso en valores adquiridos por toda la población y materializados en nuestra Constitución Nacional.

(Imagen: Los Andes)