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Mary Ellen Richmond, recordar a una Pionera

Mary Ellen Richmond fue una de las figuras clave en la profesionalización del Trabajo Social. Es por ello que la recordamos como una pionera, y desde el Colegio de Trabajadores Sociales de Entre Ríos, queremos rendirle homenaje a quien liderara la fundación de una “nueva profesión”, proceso a partir del cual, quedaron sentadas las bases científicas de nuestra disciplina y campo profesional.

 

Nació en Bellevile, Illinois (EEUU), en el año 1861, al inicio de la Guerra de Secesión. Debido a una epidemia de tuberculosis quedó huérfana, quedando a cargo de su abuela, figura que marcó para siempre su identidad, su vocación y su carácter. Tanto su abuela, como sus tías estuvieron implicadas fuertemente en la militancia de “movimientos radicales” de la época, clima que Mary Ellen respiró e incorporó desde su infancia. Discusiones  sobre conquista de derechos femeninos, sufragio, la situación de la mujer, la esclavitud, las desigualdades entre otros temas atravesaron como algo casi natural, su infancia y adolescencia. Quienes han estudiado su vida afirman que “su infancia no fue rica en bienes materiales pero si en ideas y libros, y fue su abuela quien la estimuló a leer a pensar por ella misma y a sacar sus propias conclusiones”. Su juventud se inscribió en un contexto histórico-político marcado por transformaciones y movimientos de dimensiones política, social, filosófica, cultural y religiosa que trajo rupturas en los espacios privados y públicos y en los roles y representaciones sociales de las mujeres que en tiempos de fin de siglo, comenzaron a reclamar autonomía, libertad, emancipación y participación en la vida pública.
Durante sus estudios secundarios creó un club de literatura clásica.  En 1878, al finalizar sus estudios secundarios vivió junto a su tía en Nueva York, y a pesar que su situación económica era muy difícil asistía a clases en la Cooper Union, la primera institución en ofrecer clases gratuitas y nocturnas para mujeres y obreros.

En el año 1889 Mary Ellen Richmond ingresó a la Sociedad para la Organización de la Caridad (C. O. S. en sus siglas en inglés), como tesorera asistente, casi poniéndola “por accidente”, de frente a lo que luego sería su mayor vocación. Poco tiempo después, pasó a integrar el equipo de mujeres que atendían problemas sociales en los barrios obreros. En 1898 la C. O. S. creó, por sugerencia suya, la Escuela de Filantropía de Nueva York, en donde Richmond propuesto el primer plan de estudios para la formación profesional, resaltando el rol de la universidad y de la formación práctica. Ejerció la docencia e integró desde 1909 el Comité de Instrucción. En 1918 esta escuela pasó a llamarse Escuela de Trabajo Social. Richmond se destacó durante toda su vida a desarrollar la naciente profesión de trabajador social tanto en la C. O. S., en la Escuela de Trabajo Social como en la Russell Sage Foundation, donde participaba como investigadora.
A lo largo de su vida estudió sociología, filosofía, psicología social, la obra de Freud y antropología culturalista. Fue autodidacta pero estuvo en contacto con las más prestigiosas universidades y en diálogo con pensadores y grandes científicos, entre ellos George Mead, Jhon Dewey y los precursores del método etnográfico cualitativo, centrado en la perspectiva de los actores. Sobre la base del pragmatismo filosófico, el interaccionismo simbólico y la investigación disciplinar, desarrollada sobre el estudio de miles de casos, encontró los cimientos que dieran luego, nacimiento a su programa.
“Uno de sus principales logros fue desarrollar los principios filosóficos y las bases para una profesión que surge con una intencionalidad “interventiva”, que supone una relación dinámica y dialéctica entre conocer-intervenir-transformar, integrando lo individual a lo colectivo, tomando en cuenta las relaciones sociales y el ambiente en que está inmerso el sujeto” (*)
Participó en numerosas conferencias y escribió profusamente sobre el tema, entre cuyos trabajos destacan Visitas amigables entre los pobres (1899), El buen vecino en la ciudad moderna (1907), Diagnosis Social (1917) y ¿Qué es el trabajo social con casos individuales? (1922). En el año 1921 el Smith College School of Social Work le otorgó el Master of Arts por “establecer las bases científicas para una nueva profesión”. Falleció en 1928.

A 90 años de su muerte, la recordamos, le rendimos homenaje y celebramos su paso por esta tierra; por ser visitadora social, trabajadora de la caridad, activista política, profesional, investigadora y docente. Por su trayectoria profesional, su compromiso profesional, y militancia política y social. Por ser una gran mujer, que rompió con los patrones de la época, que se adelantó medio siglo a su tiempo, por haber desarrollado un modelo teórico-metodológico basado en valores humanistas. Por su obra y su pensamiento tan vigentes, tan humanos, tan democráticos. Por su espíritu y su esencia, por ser vocación y sentido para el ejercicio del Trabajo Social.

(*) Travi, Bibiana: Mary Ellen Richmond y las bases científicas de una nueva profesión
Publicado en: Raya Díez, E. – Caparrós, N. – Lorente, B. – Anaut, S., coord. (2017), Ciencia y Esencia de la práctica del Trabajo Social. Valencia: Tirant Humanidades.