Hasta el año 2009 existía una ley de violencia familiar que sólo comprendía las situaciones de violencia en el ámbito de lo doméstico, pero ese año al calor de las fuerzas feministas, la organización popular y de la voluntad política, se sancionó la Ley N°26485 de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar las violencias contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales.

Esta ley, entre otras cosas, reconoce derechos de nuestra condición de género; nombra las obligaciones del estado para vivir vidas libres de violencia. También establece tipos y modalidades en las que se manifiestan las violencias por razones de genero. Es decir, podemos atravesar diferentes tipos de violencias, tales como la física, la psicológica, la sexual, la económica, la patrimonial y simbólica, y la política. Y éstas suceden en diferentes lugares donde transcurren las relaciones y los vínculos de nuestra vida cotidiana. Estos ámbitos se estipulan en la ley, como modalidades, y se reconoce la violencia domestica, la violencia institucional, la violencia laboral y la violencia contra la libertad reproductiva, la violencia obstétrica, la violencia mediática, la violencia en el espacio publico, y la violencia publica política.

Las violencias por motivos de género, las violencias patriarcales son manifestaciones por desigualdades estructurales y sociales, no son un problema individual. Las violencias son producidas, articuladas y encubiertas por los relatos de legitimación patriarcal, es decir por conceptualizaciones, discursos, narrativas, que dan fundamento y legitimidad a las relaciones jerárquicas y de desigualdad entre varones cis y heterosexuales, y mujeres con diversidades sexo genéricas.

Las violencias se manifiestan de diferentes formas y difieren en el grado de visibilidad y complejidad, que adquieren, dependiendo el contexto en el que se producen. Siempre hay que tener en cuenta el contexto de las violencias desde una perspectiva interseccional. ¿Cómo miramos con estos lentes?. Es importante saber que las desigualdades basadas en el género no son las únicas, existen otras que se intersectan con el género como la etnia, la clase social, la edad. La interseccionalidad permite comprender el modo en el que estas múltiples categorías que nos atraviesan nos dejan en un lugar de ventaja o de desventaja en la sociedad, en el acceso a los derechos, a los bienes materiales como la vivienda, la educación, oportunidades laborales, etc. Esta mirada nos posibilita construir análisis y miradas situadas.

Las violencias del tipo económica han tenido en los últimos años una mayor visibilización y comprensión. Esto, en relación con la construcción de una agenda feminista, en torno a los cuidados, que ha permitido conocer, describir y denunciar las consecuencias desiguales en la vida de las mujeres y las disidencias, en el no reconocimiento económico y social de las tareas de cuidado que, mayormente, realizamos nosotras. Otros mecanismos de estos tipos de violencia, los podemos reconocer en la dependencia, por ejemplo, que se genera a través de los salarios masculinos, la sobrecarga de tareas en el espacio de lo doméstico y los condicionamientos para el pago, por ejemplo, de los pagos de cuotas alimentarias, o directamente, el no pago de ellas.

Este 3 de junio volvimos a decir que necesitamos y queremos y construimos vidas libres de violencias.

Mi nombre es Nadia, soy Trabajadora Social, trabajadora de la Universidad Pública, feminista.

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«Aprendimos, con dolor, que las violencias nos atraviesan a todas en este mundo patriarcal. Aprendimos, reconociéndonos, que las injusticias son múltiples, las desigualdades también, y que los feminismos deber ser populares y revolucionarios o serán maquillaje neoliberal

Aprendimos, con más alegría, que lo que nos hermana es la lucha, en sus miles de formas y lugares.

Aprendimos, con un poco de frustración, que los procesos no son lineales, que ser amenaza a los poderosos tiene su costo.

Aprendí, con muchísimas caídas, que lo personal es político de verdad, que las brujas al fin y al cabo son las que me van a dar la mano para seguir o abrazar para descansar.

No hay proyectos justos con violencias machistas, no hay proyectos justos sin redes feministas

Nos deseos más alegrías, que al fin y al cabo es la mas hermosa manifestación de estar vivas»

. #3Junio NI UNA MENOS!

Texto: Nadia Ahumada (Pro-tesorera COTSER).

Foto: La Nación.