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Alzar nuestra voz frente a la pandemia

Desde el COTSER nos vemos en la imperiosa necesidad de pronunciarnos como Colectivo Profesional frente a la pandemia de carácter mundial, que afecta también a toda la población de nuestro país.


Se hace necesario expresar y compartir algunas pre-nociones que aparecen en la inmediatez, dadas las circunstancias coyunturales de la pandemia COVID-19, y a sabiendas que nos encontramos respetando el marco general de las normativas emitidas por el Gobierno Nacional, las cuales redefinen hoy nuestra vida cotidiana.

Las realidades sociales, familiares, económicas y laborales que se han modificado son extremadamente visibles y sentidas. En este sentido, queremos hacer público y manifiesto nuestro profundo reconocimiento a les profesionales del Trabajo Social especialmente; a las otras disciplinas; al personal de las instituciones y voluntariado con quienes nos encontramos trabajando en los equipos de salud de los diferentes niveles de atención, en los equipos de las Residencias de niñes, y adolescentes, en los Servicios de Protección de Derechos, en las casas/hogares de atención para adultes mayores, personas con discapacidad, en los refugios por situaciones de violencia de género; como también a quienes deben continuar sosteniendo las intervenciones con los grupos más vulnerables.


La integración compleja del saber ser, del saber hacer y el saber estar, se pone en juego en nuestras intervenciones, desde una concepción holística donde aparece la reflexión acerca del impacto afectivo y emocional que genera el encuentro con elles, cobrando sentido lo que llamamos capital social.


El colectivo profesional entendido, no como concepto producto de una ilusión, sino como expresión de una experiencia histórica del Trabajo Social; constituye un recurso humano que dentro de sus incumbencias brinda diagnósticos sociales, familiares, dado que cuenta con información de lo que Bourdieu llama “orden de la vida” (económicos, cultural, religioso, estético). Nuestro espacio profesional se construye en la relación con los Sujetos Sociales que producen y reproducen sus modos de vida, como aquello que tiene sentido para nosotros, como red de significaciones que atribuimos a todo lo que nos abarca y nos constituye.
Esto es lo que posibilita a profesionales trabajadores sociales no solo participar en la toma de las decisiones, sino diseñar e implementar estrategias, reconociéndonos como parte constituyente de los entramados en las relaciones de poder que se configuran en los espacios de trabajo.


Observamos que en el imaginario social, de forma histórica, se asocia al Trabajo Social directamente con la satisfacción de necesidades a partir de la asistencia. Concretizado en un objeto-material, pese a los incansables intentos del colectivo profesional de construir prácticas profesionales integrales y otros procesos de intervención. Esto que, aun coexiste con otros imaginarios, desde el Colegio Profesional vemos como se materializa en ciertos ámbitos laborales, interpelando al colectivo profesional, y sobre todo generando conflictos laborales con quienes son empleadores.


En este sentido, nos pronunciamos para que se respete y jerarquice nuestra profesión dentro de los equipos profesionales; como también entendemos que, hoy más que nunca, no prescriben los históricos reclamos realizados desde este Colegio Profesional a cada autoridad de turno, sobre la necesidad imperiosa de mejoras en las condiciones laborales de les profesionales, como legítimo derecho.
Consideramos que es momento de no dejarnos manipular por discursos y gestos derroteros, por el contrario debemos generar el protagonismo de nuestro rol en el campo interdisciplinario, defender nuestras incumbencias frente a quienes pretenden usurparlas; el que como complejo proceso contradictorio tendrá marchas y contramarchas, sosteniendo nuestra identidad profesional, fuertemente arraigada en los Derechos Humanos.
Desde un enfoque integral, apostamos a la conciencia social de cuidarnos, apostamos a sostenernos en pos de fortalecer un presupuesto básico, el de la existencia del Lazo Social contenedor como requisito previo del proyecto de una sociedad digna.


Repudiamos todo uso del poder que este dirigido a limitar nuestras intervenciones, y las estrategias que insisten en asociarnos a un rol subsidiario y relegado, sin capacidad creativa o de toma de decisiones, desatendiendo el poder transformador de los procesos sociales que llevamos adelante en nuestra cotidianeidad profesional.


Sabemos que esta pandemia no tiene fecha de finalización, por lo cual seguiremos apostando a generar estrategias de contención, formación y comunicación que posibiliten mejorar las condiciones de trabajo.

Y también entendemos que habrá un antes y un después de ella, que nos afectará en el ámbito de lo público y también en lo privado: el desconcierto sobre el futuro que hoy se está produciendo nos llevará a cuestionarnos desde otra perspectiva los proyectos de vida. Reconfigurar vínculos personales e institucionales, reflexionar acerca de las condiciones de vida y frente a la vulneración de los derechos en las poblaciones con quienes trabajamos diariamente, y también la de nuestros derechos como trabajadores profesionales, serán desafíos permanentes.