Recordamos a las hermanas Mirabal (1960) en cada conquista de derechos. Conmemoramos este día, instituido por la ONU, visibilizando las múltiples violencias a las que son sometidas miles de mujeres de todas las edades e identidades feminizadas.
Las acciones primordiales a llevar a cabo ante situaciones de violencias, tienen que sentar sus bases en una escucha activa, en brindar sostén, y advertir el riesgo inminente actuando en consecuencia: derivando o comunicando a instituciones, organismos, organizaciones de la sociedad civil, a efectores de salud, profesionales que tengan competencia en dicha problemática. Esto requiere evaluar los pasos a seguir, los posibles escenarios de intervención, reconociendo que la denuncia no necesariamente responde a la urgencia de la situación.
Es vital el acompañamiento de las mujeres durante el proceso de demanda, ya que la ciclicidad, cronicidad, la naturalización, la culpabilización, la vergüenza, el miedo, la desconfianza y la responsabilidad impactan en ellas, de modo continúo, y ponen en jaque la restauración de sus derechos humanos fundamentales. Los roles y estereotipos de género, así como las representaciones sociales acerca de la problemática y los mandatos sociales profundizan la desigualdad, condicionando su abordaje.
Por consiguiente, la empatía y el respeto por los tiempos singulares de cada persona es imprescindible para trazar sus recorridos, desde una ética del cuidado. La denominada ruta crítica, persiste en la obturación de los derechos humanos, re victimizando a este colectivo y arrebatando nuevamente su capacidad de toma de decisión, emancipación y construcción de autonomía.
Seamos quienes interrumpan el circuito del ejercicio sistemático de las violencias, creando redes y espacios amorosos para quienes padecen situaciones de violencias a diario y aún no están generadas las condiciones materiales y/o simbólicas para atravesar el proceso que ello requiere.
Celebramos la incorporación de la perspectiva de género, las luchas del movimiento feminista y LGTTBIQP+, y la sanción de normativas que amplían ciudadanía.
No obstante, reconocemos que aún quedan grandes conquistas, en términos de interseccionalidad y violencias, para que el acceso a la justicia se constituya en una realidad plausible.
La complejidad de esta problemática de violencias hacia las mujeres e identidades feminizadas requiere de respuestas y abordajes integrales, que se plasmen en políticas públicas y acciones concretas, coordinadas tanto desde el Estado, como desde la sociedad civil.
Por el derecho a una vida libre de violencias, y el pleno ejercicio y goce de libertades fundamentales.
Desde el colectivo de Trabajo Social, el acompañar situaciones de violencias visibilizando las vulneraciones de derechos, se inscribe como acción ético-política esencial, fundante de prácticas sociales cuyo horizonte de sentido es cabalmente, la justicia social. (Lic. Magalí Rolon MP 1121).
Si estás atravesando una situación de violencia, podés hacer la denuncia a través de este formulario: «DENUNCIA DE VIOLENCIA FAMILIAR O DE VIOLENCIA CONTRA LA MUJER», realizado por el Poder Judicial de Entre Ríos.