Desde el Colegio de Trabajadores Sociales tomamos conocimiento de distintas situaciones y condiciones de trabajo experimentadas por diversas/os colegas, que son considerados como episodios y procesos de violencia laboral por las diversas normas que regulan los derechos humanos en general y los del trabajo en particular (ley 27580/21, Pactos internacionales constitucionales, ley provincial de violencia laboral, ley provincial 9671). Entre las que podemos citar: negar ascensos previstos, negar espacios y tiempos de capacitación, no respetar decisiones profesionales, negar autonomía profesional, retirar el saludo, no dar tareas, dar tareas excesivas, menospreciar tareas realizadas, falta de espacios y herramientas adecuadas de trabajo, traslados infundados, descender en el puesto de trabajo sin razonabilidad, entre otras.
Sabemos que, a pesar de los avances jurídicos e institucionales, la violencia en las relaciones laborales crece atentando contra la dignidad e integridad psicofísica de trabajadores y trabajadoras, y que se expresan en diversas formas de acoso moral o psicológico. Se trata de manifestaciones de abuso de poder para doblegar la voluntad del otro, mediante el empleo de la fuerza física, psicológica, simbólica, económica y política.
También sabemos que estas situaciones menoscaban la integridad del trabajador en su marco de desempeño, llegando al extremo de provocar su renuncia y/o enfermedad, repercutiendo con graves consecuencias en su entorno familiar y social. Es así que el acoso laboral se constituye en un problema de salud pública (OMS). Por lo que resulta imprescindible la adopción de medidas específicas desde un enfoque integral que identifique los diversos factores de riesgo y las dimensiones interseccionales en que se da el abuso de poder en la burocracia estatal.
El trabajo social tiene en su horizonte de sentido la plena vigencia de los derechos humanos, y su práctica recoge como principios ético-político la democratización de las relaciones sociales, la justicia social y el respecto a la diversidad. En este sentido, consideramos que nuestro compromiso también debe estar junto a trabajadores y trabajadoras diseñando estrategias de intervención para posibilitar ambientes laborales libres de violencias.
Por ello comenzaremos una campaña en este mes de noviembre, en que se celebra la no violencia contra las mujeres, con el objetivo de prevenir situaciones de violencia y promover lo que la OIT denomina TRABAJO DECENTE, compuesto por un salario justo, protección social y condiciones ambientales y de relaciones interpersonales adecuadas para los trabajadores y trabajadoras.
*Foto: FEIM